martes, 1 de marzo de 2011

ICTUS (ACCIDENTE CEREBROVASCULAR) Y LA SANACIÓN RECONECTIVA

Este es uno de los últimos casos con el que me he encontrado.
Se trata de una mujer de 50 años. Le he dicho que voy a escribir sobre su caso y le he preguntado con qué nombre quiere que me refiera a ella para respetar su anonimato. Me dice que la llame ZARCO, pues significa azul en árabe, su color favorito. Sus ojos son también de un precioso color azul, profundo.
Tuvo el ictus con 48 años. El accidente cerebrovascular, en el hemisferio izquierdo, fue de grado alto, muy grave. Estuvo en coma y a punto de morir.
Las secuelas que le quedaron, fue el habla afectada y todo el lado derecho del cuerpo, paralizado. Tiene el brazo derecho paralizado hasta el punto que para moverlo tiene que cogerse el brazo o los dedos, con la mano izquierda.
Ha estado en tratamiento de logopeda durante mucho tiempo, con lo cual, el habla la tiene bastante recuperada. También ha estado recibiendo tratamientos de rehabilitación. Es una persona de gran voluntad. Es bastante autónoma para todo.
Quiere curarse.
Se puso en contacto conmigo en Noviembre de 2010.
Comenzamos a hacer una sesión por semana.
En la primera sesión, cuando llevamos unos diez minutos aproximadamente, me dice que está viendo el color amarillo. Ella, durante las primeras sesiones, casi no cierra los ojos.
Llevamos hechas diez sesiones. En todas ellas ha visto colores en las sanaciones. Unas veces es amarillo canario, otras ha sido amarillo dorado, otras ha sido amarillo-naranja, y en una ocasión (yo me encontraba cerca de sus pies) fue de color rosa.
Esto es muy grato para mí, pues de alguna forma pienso que ella es capaz de ver el color que tienen estas “frecuencias” sanadoras y cómo varían, según actúen en la persona y las necesidades de sanación de ésta.
El color realmente es una frecuencia del espectro de la luz, ésta toma un color u otro, dependiendo de la frecuencia que adopte.
En lo que a mí respecta, cuando cierro los ojos suelo ver los colores, sobre todo el amarillo dorado, durante las sanaciones, y en varias ocasiones, también cuando cierro los ojos, he visto el color de la MATRIZ. Es un color azul, un azul oscurito de fondo, con una especie de rejilla superpuesta, formada por líneas dispuestas en formas geométricas perfectas sobre ese fondo azul. Estas líneas geométricas son de color azul más claro, que se perciben más nítidas sobre ese fondo más oscuro y no permanecen estables. He visto como las formas geométricas se iban modificando suavemente sin perder la armonía y la proporcionalidad en ese movimiento.

A la tercera sesión, me comenta que desde que se está haciendo la sanación reconectiva, se encuentra más nerviosa. Concilia el sueño más tarde y tiene sensación de “hormiguilla” (energías recorriendo el cuerpo) en algunas ocasiones.
Me comenta que en una noche tuvo que quitarse la ropa porque le molestaba todo.
Le respondo que eso no es malo y que es su sistema nervioso que empieza a reaccionar autosanándose, que lo acepte y que es algo muy bueno realmente, aunque de momento sea molesto.
En todas las sanaciones ha notado sensaciones “raras”, como ella les llama, en la zona del hemisferio izquierdo, en dónde tiene la lesión y por todo el lado derecho del cuerpo, que es el que está paralizado.
Tras la cuarta sesión, ambas nos desplazamos a las respectivas provincias de procedencia, para pasar las Navidades con la familia. A la vuelta, me contó un sueño que había tenido allí. Resulta que había soñado que una ZARCO sana (otra “yo de ella”…por no escribir su nombre real), le había acariciado la cara muy amorosamente.
Este sueño, es muy significativo, por el tipo de sanación cuántica que estamos haciendo. Resulta que la SANACIÓN CUÁNTICA, RECONECTIVA, es una sanación dimensional, esto es complejo de entender, pero esa son las bases que tiene esta sanación: multidimensionalidad (el ADN es multidimensional, aunque esta es una característica que no se puede observar, ni estudiar con los medios científicos actuales), mundos paralelos, otras dimensiones, múltiples aspectos nuestros, multitud de vidas pasadas simultáneas…etc.
Según estas bases, nosotros no sólo existimos en esta tercera dimensión, sino que existimos simultáneamente, en varias dimensiones, incluso pasadas y futuras…
Justamente en otras dimensiones nosotros existimos YA… SANOS… AHORA. La sanación reconectiva, nos vuelve a conectar con esas partes de nosotros que nos hacen completos…nos RECONECTAN CON NUESTRO YO SANO.
Esta reconexión es posible gracias a la Matriz, o Espacio Cuántico…en dónde TODAS LAS POSIBILIDADES EXISTEN. Y se canalizan hacia nosotros a través de esta sanación cuántica y de nuestra intención- disposición a recibirla.
Tras la quinta sesión, me comenta por teléfono, que ha podido mover dos dedos de la mano derecha durante un tiempo. Eso es buena señal, le digo. Es una tremenda alegría.
Volvemos a reanudar las sanaciones. Hacemos la sexta y otro día hacemos la séptima.
A mitad de la séptima sesión, me comenta que la mano derecha se le está moviendo. Yo le digo que la deje hacer, que la Energía de la Matriz es sabia.
Ambas estamos siendo testigos de algo sorprendente. Yo no es la primera vez que soy testigo de las manifestaciones que tiene esta sanación, pero esta vez la emoción se incrementa, porque es maravilloso ver que un brazo que está inmóvil durante dos años, empieza a levantarse hacia el techo (recordemos que ella está tumbada) de manera involuntaria, fruto de la reconexión con la Sagrada Matriz.
Las dos estamos emocionadas. No se me olvida su cara de asombro, no dando crédito de lo que su brazo y mano derecha están haciendo. El brazo permanece levantado y realiza unos determinados movimientos en el aire, baja un poquito, se estira hacia abajo (en paralelo al cuerpo) a la vez que unos movimientos, como de vibración eléctrica, le recorren todo el brazo y la mano (que durante esos momentos de vibración, ha estado totalmente abierta). Tras este episodio, vuelve a su estado de quietud.
Al ratito vuelve a producirse la misma escena…y así hasta unas cuantas veces, hasta que la Matriz “considera” que la sesión ha terminado.

Volvemos a realizar la sanación al día siguiente. Vuelve a ocurrir lo mismo que el día anterior. No deja de sorprendernos y de afianzarnos en la maravilla que estamos siendo testigos.
Al terminar la sesión, decidimos descansar un tiempo, tanta emoción hay que asimilarla.

Al cabo de dos semanas volvemos a realizar una nueva sesión. Le pregunto cómo se encuentra. Me dice que tiene el brazo derecho algo dolorido.
Hacemos la novena sesión de sanación. Vuelve a ver los colores como siempre. Esta vez no ha tenido los movimientos sorprendentes del brazo, pero sí ha tenido las sensaciones “raras” en todo el lado derecho y hemisferio derecho, como siempre.
Y en la décima sesión y hasta ahora la última, el brazo sí vuelve a hacer los espectaculares movimientos, según requiere la Matriz. Y nosotros quedamos igualmente, sobrecogidas por el despliegue que ha tenido la sanación.
De momento hemos dejado un tiempo de descanso hasta reanudar las sesiones nuevamente.
No obstante, la Matriz ha dejado en su ADN unos nuevos códigos de sanación, bajo los cuales las células se van replicando siguiendo las nuevas directrices recibidas. Es cuestión de tiempo, pero la sanación ya está en marcha.
Seguiré escribiendo sobre este caso en el futuro.

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