Se trata de una señora de 82 años que está muy molesta tras haber sido intervenida por hernia de hiato y cálculos en vesícula biliar. No le remiten con ningún tratamiento. Después de un año de molestias sin tregua, se encuentra muy desanimada, ha adelgazado mucho y tiene permanente sensación de náuseas, además de diarreas que le interrumpen el mantener una vida normal (no se atreve a salir mucho a la calle debido a esto) y dolores en la boca del estómago con frecuencia y que suelen despertarla por la noche.
Comienzo a hacerle las sanaciones. En cada sanación queda muy relajada. Las frecuencias están haciendo su “trabajo”. Hacemos una sanación semanal.
Ella describe que en cada sesión ha notado mucho la energía, mucho bullido en las piernas, subir hacia arriba. Le producen varias “respiraciones” involuntarias en el abdomen.
A la décima sesión, cuando llevábamos unos diez minutos, me dice: “Mari Carmen, las manos se me están moviendo”.
Yo le contesto que estupendo, que las deje hacer…
Las manos comienzan a subir hacia arriba, estaba tumbada, en dirección al techo. Cuando están a un palmo del cuerpo, las manos en movimientos lentos, se ponen encima de su diafragma.
Allí permanecen unos minutos, luego en movimientos lentos de nuevo, se ponen encima del bajo vientre. Permanecen allí unos minutos.
Cuando se ha terminado el tiempo de sanación, que la Matriz considera necesario, las manos vuelven lentamente a su posición original.
La mujer y yo, nos quedamos sobrecogidas y muy emocionadas, por la evidencia visual y física de la sanación.
Con esta querida mujer, pude experimentar mucho más del funcionamiento de estas frecuencias durante la sanación. Sonrío al recordar, cuando ella me decía teniendo las manos suspendidas (involuntariamente) encima de su diafragma: “Mari Carmen, parece que tengo las manos hipnotizadas”. Luego me explicaría que notaba una especie de pulsación en brazos y manos, seguida de un movimiento de éstos en cada pulso.
Hicimos más sesiones de sanación y en cada sesión las manos volvían a levantarse, cada vez de la manera que la Matriz necesitara. Los movimientos que necesitaba la Matriz, solía desarrollarse en unos 30 minutos aproximadamente.
Con ella tomé conciencia de que podía comentar alguna cosa con el paciente en el momento que se desarrollaba la sanación.
También ella me comentaba otras sensaciones que sentía durante las sesiones, y cómo ella también había querido experimentar si podía mover los dedos cuando las manos estaban dispuestas en la posición que la Matriz necesitase. Me contaba que había intentado mover los dedos en esos momentos, pero que los dedos seguían la “orden” que la Matriz requería para la sanación.
Tras las sanaciones, ella solía tener un período en el que parecía empeorar (en las últimas sanaciones esta especie de “crisis curativa” duraba menos tiempo), pero una vez transcurrido ese tiempo, volvía a sentirse mejor, hasta tal punto que actualmente se encuentra muy bien.
Lleva un tiempo que no ha vuelto a tener los síntomas molestos, que tenía al principio.
Las energías vuelven a recorrer su cuerpo con un flujo muy estable y potente. Sólo alguna vez, de cuando en cuando, le hago alguna sanación de reequilibrio de la energía Kundalini.
ALGUNOS CASOS CON LA SANACIÓN RECONECTIVA
martes, 1 de marzo de 2011
ICTUS (ACCIDENTE CEREBROVASCULAR) Y LA SANACIÓN RECONECTIVA
Este es uno de los últimos casos con el que me he encontrado.
Se trata de una mujer de 50 años. Le he dicho que voy a escribir sobre su caso y le he preguntado con qué nombre quiere que me refiera a ella para respetar su anonimato. Me dice que la llame ZARCO, pues significa azul en árabe, su color favorito. Sus ojos son también de un precioso color azul, profundo.
Tuvo el ictus con 48 años. El accidente cerebrovascular, en el hemisferio izquierdo, fue de grado alto, muy grave. Estuvo en coma y a punto de morir.
Las secuelas que le quedaron, fue el habla afectada y todo el lado derecho del cuerpo, paralizado. Tiene el brazo derecho paralizado hasta el punto que para moverlo tiene que cogerse el brazo o los dedos, con la mano izquierda.
Ha estado en tratamiento de logopeda durante mucho tiempo, con lo cual, el habla la tiene bastante recuperada. También ha estado recibiendo tratamientos de rehabilitación. Es una persona de gran voluntad. Es bastante autónoma para todo.
Quiere curarse.
Se puso en contacto conmigo en Noviembre de 2010.
Comenzamos a hacer una sesión por semana.
En la primera sesión, cuando llevamos unos diez minutos aproximadamente, me dice que está viendo el color amarillo. Ella, durante las primeras sesiones, casi no cierra los ojos.
Llevamos hechas diez sesiones. En todas ellas ha visto colores en las sanaciones. Unas veces es amarillo canario, otras ha sido amarillo dorado, otras ha sido amarillo-naranja, y en una ocasión (yo me encontraba cerca de sus pies) fue de color rosa.
Esto es muy grato para mí, pues de alguna forma pienso que ella es capaz de ver el color que tienen estas “frecuencias” sanadoras y cómo varían, según actúen en la persona y las necesidades de sanación de ésta.
El color realmente es una frecuencia del espectro de la luz, ésta toma un color u otro, dependiendo de la frecuencia que adopte.
En lo que a mí respecta, cuando cierro los ojos suelo ver los colores, sobre todo el amarillo dorado, durante las sanaciones, y en varias ocasiones, también cuando cierro los ojos, he visto el color de la MATRIZ. Es un color azul, un azul oscurito de fondo, con una especie de rejilla superpuesta, formada por líneas dispuestas en formas geométricas perfectas sobre ese fondo azul. Estas líneas geométricas son de color azul más claro, que se perciben más nítidas sobre ese fondo más oscuro y no permanecen estables. He visto como las formas geométricas se iban modificando suavemente sin perder la armonía y la proporcionalidad en ese movimiento.
A la tercera sesión, me comenta que desde que se está haciendo la sanación reconectiva, se encuentra más nerviosa. Concilia el sueño más tarde y tiene sensación de “hormiguilla” (energías recorriendo el cuerpo) en algunas ocasiones.
Me comenta que en una noche tuvo que quitarse la ropa porque le molestaba todo.
Le respondo que eso no es malo y que es su sistema nervioso que empieza a reaccionar autosanándose, que lo acepte y que es algo muy bueno realmente, aunque de momento sea molesto.
En todas las sanaciones ha notado sensaciones “raras”, como ella les llama, en la zona del hemisferio izquierdo, en dónde tiene la lesión y por todo el lado derecho del cuerpo, que es el que está paralizado.
Tras la cuarta sesión, ambas nos desplazamos a las respectivas provincias de procedencia, para pasar las Navidades con la familia. A la vuelta, me contó un sueño que había tenido allí. Resulta que había soñado que una ZARCO sana (otra “yo de ella”…por no escribir su nombre real), le había acariciado la cara muy amorosamente.
Este sueño, es muy significativo, por el tipo de sanación cuántica que estamos haciendo. Resulta que la SANACIÓN CUÁNTICA, RECONECTIVA, es una sanación dimensional, esto es complejo de entender, pero esa son las bases que tiene esta sanación: multidimensionalidad (el ADN es multidimensional, aunque esta es una característica que no se puede observar, ni estudiar con los medios científicos actuales), mundos paralelos, otras dimensiones, múltiples aspectos nuestros, multitud de vidas pasadas simultáneas…etc.
Según estas bases, nosotros no sólo existimos en esta tercera dimensión, sino que existimos simultáneamente, en varias dimensiones, incluso pasadas y futuras…
Justamente en otras dimensiones nosotros existimos YA… SANOS… AHORA. La sanación reconectiva, nos vuelve a conectar con esas partes de nosotros que nos hacen completos…nos RECONECTAN CON NUESTRO YO SANO.
Esta reconexión es posible gracias a la Matriz, o Espacio Cuántico…en dónde TODAS LAS POSIBILIDADES EXISTEN. Y se canalizan hacia nosotros a través de esta sanación cuántica y de nuestra intención- disposición a recibirla.
Tras la quinta sesión, me comenta por teléfono, que ha podido mover dos dedos de la mano derecha durante un tiempo. Eso es buena señal, le digo. Es una tremenda alegría.
Volvemos a reanudar las sanaciones. Hacemos la sexta y otro día hacemos la séptima.
A mitad de la séptima sesión, me comenta que la mano derecha se le está moviendo. Yo le digo que la deje hacer, que la Energía de la Matriz es sabia.
Ambas estamos siendo testigos de algo sorprendente. Yo no es la primera vez que soy testigo de las manifestaciones que tiene esta sanación, pero esta vez la emoción se incrementa, porque es maravilloso ver que un brazo que está inmóvil durante dos años, empieza a levantarse hacia el techo (recordemos que ella está tumbada) de manera involuntaria, fruto de la reconexión con la Sagrada Matriz.
Las dos estamos emocionadas. No se me olvida su cara de asombro, no dando crédito de lo que su brazo y mano derecha están haciendo. El brazo permanece levantado y realiza unos determinados movimientos en el aire, baja un poquito, se estira hacia abajo (en paralelo al cuerpo) a la vez que unos movimientos, como de vibración eléctrica, le recorren todo el brazo y la mano (que durante esos momentos de vibración, ha estado totalmente abierta). Tras este episodio, vuelve a su estado de quietud.
Al ratito vuelve a producirse la misma escena…y así hasta unas cuantas veces, hasta que la Matriz “considera” que la sesión ha terminado.
Volvemos a realizar la sanación al día siguiente. Vuelve a ocurrir lo mismo que el día anterior. No deja de sorprendernos y de afianzarnos en la maravilla que estamos siendo testigos.
Al terminar la sesión, decidimos descansar un tiempo, tanta emoción hay que asimilarla.
Al cabo de dos semanas volvemos a realizar una nueva sesión. Le pregunto cómo se encuentra. Me dice que tiene el brazo derecho algo dolorido.
Hacemos la novena sesión de sanación. Vuelve a ver los colores como siempre. Esta vez no ha tenido los movimientos sorprendentes del brazo, pero sí ha tenido las sensaciones “raras” en todo el lado derecho y hemisferio derecho, como siempre.
Y en la décima sesión y hasta ahora la última, el brazo sí vuelve a hacer los espectaculares movimientos, según requiere la Matriz. Y nosotros quedamos igualmente, sobrecogidas por el despliegue que ha tenido la sanación.
De momento hemos dejado un tiempo de descanso hasta reanudar las sesiones nuevamente.
No obstante, la Matriz ha dejado en su ADN unos nuevos códigos de sanación, bajo los cuales las células se van replicando siguiendo las nuevas directrices recibidas. Es cuestión de tiempo, pero la sanación ya está en marcha.
Seguiré escribiendo sobre este caso en el futuro.
Se trata de una mujer de 50 años. Le he dicho que voy a escribir sobre su caso y le he preguntado con qué nombre quiere que me refiera a ella para respetar su anonimato. Me dice que la llame ZARCO, pues significa azul en árabe, su color favorito. Sus ojos son también de un precioso color azul, profundo.
Tuvo el ictus con 48 años. El accidente cerebrovascular, en el hemisferio izquierdo, fue de grado alto, muy grave. Estuvo en coma y a punto de morir.
Las secuelas que le quedaron, fue el habla afectada y todo el lado derecho del cuerpo, paralizado. Tiene el brazo derecho paralizado hasta el punto que para moverlo tiene que cogerse el brazo o los dedos, con la mano izquierda.
Ha estado en tratamiento de logopeda durante mucho tiempo, con lo cual, el habla la tiene bastante recuperada. También ha estado recibiendo tratamientos de rehabilitación. Es una persona de gran voluntad. Es bastante autónoma para todo.
Quiere curarse.
Se puso en contacto conmigo en Noviembre de 2010.
Comenzamos a hacer una sesión por semana.
En la primera sesión, cuando llevamos unos diez minutos aproximadamente, me dice que está viendo el color amarillo. Ella, durante las primeras sesiones, casi no cierra los ojos.
Llevamos hechas diez sesiones. En todas ellas ha visto colores en las sanaciones. Unas veces es amarillo canario, otras ha sido amarillo dorado, otras ha sido amarillo-naranja, y en una ocasión (yo me encontraba cerca de sus pies) fue de color rosa.
Esto es muy grato para mí, pues de alguna forma pienso que ella es capaz de ver el color que tienen estas “frecuencias” sanadoras y cómo varían, según actúen en la persona y las necesidades de sanación de ésta.
El color realmente es una frecuencia del espectro de la luz, ésta toma un color u otro, dependiendo de la frecuencia que adopte.
En lo que a mí respecta, cuando cierro los ojos suelo ver los colores, sobre todo el amarillo dorado, durante las sanaciones, y en varias ocasiones, también cuando cierro los ojos, he visto el color de la MATRIZ. Es un color azul, un azul oscurito de fondo, con una especie de rejilla superpuesta, formada por líneas dispuestas en formas geométricas perfectas sobre ese fondo azul. Estas líneas geométricas son de color azul más claro, que se perciben más nítidas sobre ese fondo más oscuro y no permanecen estables. He visto como las formas geométricas se iban modificando suavemente sin perder la armonía y la proporcionalidad en ese movimiento.
A la tercera sesión, me comenta que desde que se está haciendo la sanación reconectiva, se encuentra más nerviosa. Concilia el sueño más tarde y tiene sensación de “hormiguilla” (energías recorriendo el cuerpo) en algunas ocasiones.
Me comenta que en una noche tuvo que quitarse la ropa porque le molestaba todo.
Le respondo que eso no es malo y que es su sistema nervioso que empieza a reaccionar autosanándose, que lo acepte y que es algo muy bueno realmente, aunque de momento sea molesto.
En todas las sanaciones ha notado sensaciones “raras”, como ella les llama, en la zona del hemisferio izquierdo, en dónde tiene la lesión y por todo el lado derecho del cuerpo, que es el que está paralizado.
Tras la cuarta sesión, ambas nos desplazamos a las respectivas provincias de procedencia, para pasar las Navidades con la familia. A la vuelta, me contó un sueño que había tenido allí. Resulta que había soñado que una ZARCO sana (otra “yo de ella”…por no escribir su nombre real), le había acariciado la cara muy amorosamente.
Este sueño, es muy significativo, por el tipo de sanación cuántica que estamos haciendo. Resulta que la SANACIÓN CUÁNTICA, RECONECTIVA, es una sanación dimensional, esto es complejo de entender, pero esa son las bases que tiene esta sanación: multidimensionalidad (el ADN es multidimensional, aunque esta es una característica que no se puede observar, ni estudiar con los medios científicos actuales), mundos paralelos, otras dimensiones, múltiples aspectos nuestros, multitud de vidas pasadas simultáneas…etc.
Según estas bases, nosotros no sólo existimos en esta tercera dimensión, sino que existimos simultáneamente, en varias dimensiones, incluso pasadas y futuras…
Justamente en otras dimensiones nosotros existimos YA… SANOS… AHORA. La sanación reconectiva, nos vuelve a conectar con esas partes de nosotros que nos hacen completos…nos RECONECTAN CON NUESTRO YO SANO.
Esta reconexión es posible gracias a la Matriz, o Espacio Cuántico…en dónde TODAS LAS POSIBILIDADES EXISTEN. Y se canalizan hacia nosotros a través de esta sanación cuántica y de nuestra intención- disposición a recibirla.
Tras la quinta sesión, me comenta por teléfono, que ha podido mover dos dedos de la mano derecha durante un tiempo. Eso es buena señal, le digo. Es una tremenda alegría.
Volvemos a reanudar las sanaciones. Hacemos la sexta y otro día hacemos la séptima.
A mitad de la séptima sesión, me comenta que la mano derecha se le está moviendo. Yo le digo que la deje hacer, que la Energía de la Matriz es sabia.
Ambas estamos siendo testigos de algo sorprendente. Yo no es la primera vez que soy testigo de las manifestaciones que tiene esta sanación, pero esta vez la emoción se incrementa, porque es maravilloso ver que un brazo que está inmóvil durante dos años, empieza a levantarse hacia el techo (recordemos que ella está tumbada) de manera involuntaria, fruto de la reconexión con la Sagrada Matriz.
Las dos estamos emocionadas. No se me olvida su cara de asombro, no dando crédito de lo que su brazo y mano derecha están haciendo. El brazo permanece levantado y realiza unos determinados movimientos en el aire, baja un poquito, se estira hacia abajo (en paralelo al cuerpo) a la vez que unos movimientos, como de vibración eléctrica, le recorren todo el brazo y la mano (que durante esos momentos de vibración, ha estado totalmente abierta). Tras este episodio, vuelve a su estado de quietud.
Al ratito vuelve a producirse la misma escena…y así hasta unas cuantas veces, hasta que la Matriz “considera” que la sesión ha terminado.
Volvemos a realizar la sanación al día siguiente. Vuelve a ocurrir lo mismo que el día anterior. No deja de sorprendernos y de afianzarnos en la maravilla que estamos siendo testigos.
Al terminar la sesión, decidimos descansar un tiempo, tanta emoción hay que asimilarla.
Al cabo de dos semanas volvemos a realizar una nueva sesión. Le pregunto cómo se encuentra. Me dice que tiene el brazo derecho algo dolorido.
Hacemos la novena sesión de sanación. Vuelve a ver los colores como siempre. Esta vez no ha tenido los movimientos sorprendentes del brazo, pero sí ha tenido las sensaciones “raras” en todo el lado derecho y hemisferio derecho, como siempre.
Y en la décima sesión y hasta ahora la última, el brazo sí vuelve a hacer los espectaculares movimientos, según requiere la Matriz. Y nosotros quedamos igualmente, sobrecogidas por el despliegue que ha tenido la sanación.
De momento hemos dejado un tiempo de descanso hasta reanudar las sesiones nuevamente.
No obstante, la Matriz ha dejado en su ADN unos nuevos códigos de sanación, bajo los cuales las células se van replicando siguiendo las nuevas directrices recibidas. Es cuestión de tiempo, pero la sanación ya está en marcha.
Seguiré escribiendo sobre este caso en el futuro.
DESAPARCIÓN DE UNA SOMBRA O MANCHA, EN EL HEMISFERIO IZQUIERDO DEL CEREBRO.
Tras una serie de sesiones reconectivas, una mancha que aparece en el hemisferio izquierdo del cerebro (en unas radiografías) y que se diagnostica como posible lesión, susceptible de evolucionar patológicamente, por lo cual a la mujer se le aconseja tomar un tratamiento preventivo con anticoagulantes (). Esta mujer es joven y no desea tomar ningún tratamiento preventivo, ante lo cual, el facultativo le dice que por lo menos se tome Adiro (aspirina).
Antes de comenzar a tomar algún tratamiento, decidió recibir la sanación reconectiva.
Tiene una grata sorpresa, en la radiografía ya no aparece la mancha que apareció en las primeras radiografías.
La neuróloga le dice que seguirán revisando y comparando la zona en donde aparecía la mancha, con nuevas radiografías, porque es evidente que se hay una diferencia en los resultados de la primera radiografía y la segunda.
La próxima revisión será después del verano.
Antes de comenzar a tomar algún tratamiento, decidió recibir la sanación reconectiva.
Tiene una grata sorpresa, en la radiografía ya no aparece la mancha que apareció en las primeras radiografías.
La neuróloga le dice que seguirán revisando y comparando la zona en donde aparecía la mancha, con nuevas radiografías, porque es evidente que se hay una diferencia en los resultados de la primera radiografía y la segunda.
La próxima revisión será después del verano.
DESAPARICIÓN DE UN QUISTE EN EL SACRO.
Se trataba de una chica, a la que, tras unas pruebas radiográficas de la columna por problemas de dolor, le salió una manchita que queda diagnosticada como un quiste pegado a la columna a la altura del sacro.
No se hizo un estudio histológico por no considerarlo necesario. Sin embargo tras algunas sesiones reconectivas, el quiste desapareció y no salió en las siguientes radiografías.
No se hizo un estudio histológico por no considerarlo necesario. Sin embargo tras algunas sesiones reconectivas, el quiste desapareció y no salió en las siguientes radiografías.
Parexia (parálisis facial) y sanación cuántica, reconectiva.
Comienzo con el caso de una chica que se puso en contacto conmigo porque se le había paralizado el lado derecho de la cara, en lo que en medicina se llama parexia.
Hicimos tres sesiones seguidas, en tres días seguidos, de sanación cuántica y ya, desde la primera sesión, empezó a tener sensibilidad en el lado afectado.
Recuerdo como ella relataba una sensación de “hormigueo”, principalmente a lo largo del trayecto de los nervios afectados, en cada sesión, a parte, de acompañarse de otras sensaciones por otras partes del cuerpo.
Tras la serie de tres sesiones, la parálisis facial fue remitiendo día tras día, al cabo de una semana ya no había rastro visible de ella en la paciente.
Había recuperado los movimientos voluntarios sobre su cara, su ojo y su boca.
Hicimos algunas sesiones más, pues en el oído le había quedado una sensación de estar abierto, como más sensible a los sonidos.
Finalmente recuperó la normalidad, hasta el día de hoy. De esto hace más de un año.
Hicimos tres sesiones seguidas, en tres días seguidos, de sanación cuántica y ya, desde la primera sesión, empezó a tener sensibilidad en el lado afectado.
Recuerdo como ella relataba una sensación de “hormigueo”, principalmente a lo largo del trayecto de los nervios afectados, en cada sesión, a parte, de acompañarse de otras sensaciones por otras partes del cuerpo.
Tras la serie de tres sesiones, la parálisis facial fue remitiendo día tras día, al cabo de una semana ya no había rastro visible de ella en la paciente.
Había recuperado los movimientos voluntarios sobre su cara, su ojo y su boca.
Hicimos algunas sesiones más, pues en el oído le había quedado una sensación de estar abierto, como más sensible a los sonidos.
Finalmente recuperó la normalidad, hasta el día de hoy. De esto hace más de un año.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)